Are-pitas es un restaurante fusión de comida venezolana y libanesa en Tampa. Inaugurado en Noviembre de 2014. Nació en medio de una coyuntura en la cual se combinaron la necesidad de nuevos horizontes, la bendición de las habilidades culinarias únicas de Carmen la chef de Are-pitas y el sueño de tener un restaurante propio. Durante años ese sueño fue alimentado por amigos y familiares que se deleitaban en la casa con exquisitas comidas y los llenaron de valor para emprender este nuevo rumbo.
¿Cuándo se fue de Venezuela y por qué?
Nos fuimos de Venezuela en busca de nuevos horizontes, mayores oportunidades de crecimiento y sobre todo, huyendo de la inseguridad. Primero fuimos a República Dominicana, por una mejor oportunidad de trabajo de mi esposo. Estuvimos allá un par de años y comenzamos los preparativos para abrir nuestro propio restaurante en los Estados Unidos, el cual se materializó en Noviembre del 2014.
¿Qué es lo que más extraña de Venezuela?
La gente, la familia y el clima. Afortunadamente en Are-pitas hemos sido capaces de mantener los sabores de nuestra tierra y eso nos hace sentir en casa.
¿Qué le motivó a abrir su propia empresa?
El querer tener un pedacito de Venezuela en el exterior. Adicionalmente, el hecho de emigrar y tener que enfrentar una nueva cultura, un país y un idioma distinto te empuja a probar tus propios límites y a asumir nuevos retos. Nosotros emprendimos este camino con mucho optimismo, amor y dedicación y con la convicción de que teníamos las herramientas y la disposición necesaria para lograrlo.
¿Cuáles fueron las dificultades iniciales que enfrentó para abrir su negocio?
El idioma y el hecho de no conocer bien las leyes. Hay muchas regulaciones que en Venezuela no existen y fue difícil familiarizarnos con todo lo necesario para poder arrancar y mantener las operaciones.
Como emprendedor ya consolidado, ¿Qué consejos le da a aquellas personas que están pensando abrir su propia empresa?
Hay que buscar asesoría legal y financiera para poder empezar con buen pie y estar preparado para prevenir las dificultades.
¿Cómo enfrentó sus fracasos para poder seguir adelante y alcanzar el éxito?
Con convicción, viendo cada obstáculo como una oportunidad para aprender y mejorar en el futuro.
¿Emplea las nuevas tecnologías en su negocio? ¿Cómo le ayudan?
Estamos incorporando la tecnología sobre todo para el mercadeo y la posibilidad de ordenar en línea. Usamos las redes sociales para dar a conocer nuestros productos, promover los especiales de Are-Pitas y mantenernos en contacto con nuestros clientes. También ofrecemos la posibilidad de ordenar en línea desde nuestra página de internet www.are-pitas.com
¿Qué proyectos a futuro tiene para su empresa?
Estamos buscando ampliar nuestra clientela. Ahora ofrecemos servicios de Catering, pero nos gustaría expandir sobre todo en esa área. Todos los días continuamos innovando para ofrecer un servicio más rápido y eficiente pero sin sacrificar la calidad de nuestros productos y servicio.
¿Tiene alguna anécdota sobre la arepa?
La manera cómo surgió el nombre de la empresa. Compramos un restaurante que ya estaba en funcionamiento que se llamaba Byblos Pitas y vendía comida libanesa. Queríamos hacer la fusión con la comida Venezolana, que era algo que se hacía comúnmente en mi casa cuando era pequeña. Ya que a mi mamá le gustaba mucho cocinar comida libanesa. Un día estaba cocinando unas arepas y le preguntó a mi esposo: ¿Quieres unas arepitas?… y él me respondió: “claro!, y además ya tengo el nombre perfecto para el restaurante: ARE-PITAS (Arepas y Pitas)”
¿Cuál es su arepa favorita?
La arepa libanesa (Lebanese) Que nació de la fusión de la comida libanesa con la venezolana. Tiene Gyro (carne de cordero), tomate, lechuga, pepino, queso feta y salsa tzatziki, es espectacular!!!
Un mensaje para los venezolanos que están en Venezuela
Esperanza, ánimo, trabajo duro y honesto. Si están en Venezuela para contribuir cada día su granito de arena a la construcción del país. Pero también si tienen la posibilidad de salir de Venezuela. Hay muchas opciones para formarse, estudiar ó trabajar en el exterior. El camino no es fácil, pero con constancia y dedicación todo se puede. Duele por un lado dejar el país, pero también es una oportunidad de crecimiento personal y profesional única. Debemos siempre recordar de dónde venimos, y poner nuestro aporte desde afuera. Con el favor de Dios tendremos chance de volver a Venezuela un día con más experiencia y traer de vuelta con nosotros esos aprendizajes.
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